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- A pesar de la presencia de estos insectos, la investigación en curso no ha hallado por el momento portadores de patógenos que podrían comprometer la salud de la avifauna.
- El estudio se desarrolla en la estación de vigilancia permanente de la Sierra del Cuera, puesta en marcha en 2024, una iniciativa de la Estrategia de Impacto Integral de Redeia.
- El aumento de temperaturas, derivado del cambio climático, facilita a los mosquitos instalarse en zonas más altas de la cordillera cantábrica, donde antes no sobrevivían.

Mosquitos potencialmente transmisores de fiebre del Nilo o gripe aviar, dos de las enfermedades más letales para la avifauna, han sido detectados en la Sierra del Cuera (Asturias). Son los resultados preliminares de un proyecto de investigación iniciado en 2024 por Redeia, matriz de Red Eléctrica, y la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) en colaboración con el Instituto de Investigación de Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC), que busca conocer el impacto del cambio climático en el hábitat de montaña.
Se trata de un estudio novedoso porque es la primera vez que se pone en marcha una estación de seguimiento biológico en un ambiente de la montaña atlántica con carácter permanente. Los resultados recogidos en esta estación durante el primer semestre evidencian la presencia de las cuatro clases más importantes de vectores de enfermedades: mosquitos, moscas negras, jejenes e incluso flebótomos. Entre ellos preocupa especialmente la presencia de mosquitos del género ‘Cúlex’, principal vector del virus ‘West Nile’, causante de la ‘fiebre del Nilo’.
No obstante, por el momento, las muestras recogidas desde junio hasta el 31 de diciembre de 2024 no han hallado ningún portador de estos principales patógenos que podrían comprometer la salud de la avifauna en la zona.
“Aún hacen falta muchos días y muchas campañas de captura, pero esperamos poder contar en el futuro con datos suficientes para predecir los periodos de mayor riesgo, con el fin de implantar, si se considera necesario, medidas de protección como la vacunación o el uso de tela mosquitera en instalaciones dedicadas a la liberación de nuevos ejemplares”, explica la doctora veterinaria del IREC-CSIC, Úrsula Höfle, quien subraya la importancia de contar con este “punto de vigilancia continuada” en la Sierra del Cuera.
No obstante, estos primeros meses de investigación añaden una conclusión esperanzadora: en la zona de Picos de Europa se han capturado menor cantidad de ejemplares de mosquitos y vectores hematófagos en comparación con el mismo periodo de capturas en lugares a similar altura en el Pirineo en el marco de otras investigaciones.
Esto se debe a la mayor variabilidad del clima atlántico, propio de la región de la Sierra del Cuera y de Picos de Europa, que es menos favorable para el desarrollo de densas poblaciones de mosquitos que el clima mediterráneo, característico en Pirineos, donde la población de quebrantahuesos está más asentada. Los resultados confirman la preocupación por el cambio climático y sus consecuencias en la colonia de quebrantahuesos reintroducidos, así como en el resto de la fauna silvestre de la zona.
Sierra del Cuera, estación de seguimiento biológico
Las muestras se recogen periódicamente en la Sierra del Cuera (Asturias) y se envían al IREC, en Ciudad Real, donde también se analizan restos de excrementos de estos insectos. Estas muestras permitirían detectar la presencia del virus de gripe aviar (H5N1), que también es mortal para el quebrantahuesos como se ha demostrado en varios casos dados ya en la península.
El proyecto ‘Área integral de conservación para el quebrantahuesos en la Sierra del Cuera’ forma parte de la Estrategia de Impacto Integral de Redeia y es fruto de la relación que estableció la compañía y su filial Red Eléctrica con FCQ en 2022 para reforzar la recuperación del quebrantahuesos en el conjunto de la Península Ibérica y que se traduce en un apoyo para la especie en Aragón, Asturias y el Maestrazgo.
La iniciativa busca generar una serie larga de datos científicos que permitan conocer el impacto del cambio climático en el hábitat de montaña y, en particular, en esta especie emblemática que, pese a décadas de esfuerzo para su recuperación, aún sigue en peligro de extinción. Este conocimiento no solo beneficiará a la avifauna, sino a la biodiversidad en su conjunto.
Para el director de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos, Gerardo Báguena, “la conservación de especies amenazadas como el quebrantahuesos obliga a disponer de la mejor información posible, ya que los acontecimientos que rodean a la ecología de esta especie son muy diversos y cambiantes. La aparición de enfermedades, la desaparición de la ganadería extensiva, el aumento de la temperatura y el cambio global del paisaje, implican eventos que necesitamos conocer para poder actuar de forma preceptiva, cuando se pueda”.
Por su parte, el jefe de Medio Ambiente de Red Eléctrica, Fernando Crespo, ha subrayado el compromiso de Redeia con la protección de la avifauna, una constante en el despliegue de las infraestructuras de la red de transporte de electricidad. “Buscamos la mejor convivencia de nuestras instalaciones con la biodiversidad y en particular con la avifauna, algo que demostramos con nuestra actuación preventiva, con diferentes medidas como la instalación de salvapájaros o el proyecto ‘Corredores de vuelo’, pero también con nuestra proactividad, ya que colaboramos con entidades como la FCQ para impulsar la conservación y la recuperación de especies tan emblemáticas como el quebrantahuesos”, concluye.