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El proyecto Rómulo fue una interconexión que le ganó la batalla al aislamiento eléctrico de las islas Baleares y permitió la integración de generación renovable en el archipiélago. Hoy se cumplen siete años desde la entrada en servicio de este proyecto pionero.
El proyecto Rómulo fue una interconexión que le ganó la batalla al aislamiento eléctrico de las islas Baleares y permitió la integración de generación renovable en el archipiélago. Hoy se cumplen siete años desde la entrada en servicio de este proyecto pionero.
El 14 de agosto del 2012 Red Eléctrica puso en servicio la interconexión submarina que une los sistemas eléctricos de Mallorca y Menorca con el de la península Ibérica. Gracias a esta infraestructura se ha llegado a cubrir en ocasiones hasta el 40 % de la demanda eléctrica balear con energía procedente de la Península, poniendo fin a décadas de aislamiento eléctrico y aumentando la garantía de suministro y la integración de generación renovable.
El 20,4 % de la demanda del archipiélago se cubrió en el 2018 con electricidad proveniente de la Península a través de este enlace, lo que incrementó hasta el 12 % la participación de tecnologías renovables en la cobertura de demanda balear. Del total de energía demandada por las Islas, el 15 % se produjo a partir de tecnologías que no emiten CO2 a la atmósfera.
Con una inversión de 420 millones de euros, la interconexión eléctrica de las Islas Baleares con la Península fue el primer esfuerzo realizado en España para reducir el aislamiento de sistemas e incrementar su seguridad de suministro, de acuerdo con las recomendaciones europeas. Este proyecto, cuyo nombre es Rómulo, ha permitido además un ahorro medio anual del sobrecoste derivado de la generación balear de 50 millones de euros.
La instalación submarina, pionera en su momento por ser la de mayor longitud en corriente continua, favorece una mayor integración de la energía renovable en el archipiélago balear y reduce la dependencia de la generación eléctrica que emplea combustibles fósiles, tales como el carbón, el gas y el diésel.
Rómulo consta de tres cables en corriente continua (uno de retorno) de 237 km de longitud situados a 1.485 metros de profundidad máxima entre Sagunto (Valencia) y Santa Ponsa (Mallorca).
Se trata de una conexión submarina de alta tensión de ±250 kV, realizada mediante un enlace bipolar de 400 MW con cable de retorno, que permite cerrar el circuito si alguno de los dos cables principales debe ser manipulado. Es decir, es una interconexión compuesta por dos cables de potencia más un tercer cable de retorno para aumentar la disponibilidad del suministro eléctrico.
Dadas las distancias y las potencias necesarias de este doble enlace, la conexión se realizó con tecnología de corriente continua, lo que permite reducir las pérdidas de energía en el transporte, controlar el flujo de potencia bidireccional y triplicar la potencia transportada respecto a un cable en corriente alterna.