“Somos lo que hacemos día a día; de modo que la excelencia no es un acto sino un hábito”, se adelantó a escribir Aristóteles sin saber que, 25 siglos después igual que las personas de forma individual cuentan con unos criterios éticos de conducta, las organizaciones que las agrupan necesitan de un consenso común sobre las conductas que les ayude a perseguir sus metas con una perspectiva de futuro, con una mirada fija en sus valores éticos que, de forma voluntaria, se adoptan.

El respeto, la integridad y la sostenibilidad son los tres valores éticos sobre los que se fundamenta el nuevo Código Ético y de Conducta, aprobado por el Grupo Red Eléctrica, que recoge las 88 buenas prácticas, agrupadas en 15 principios alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, así como con los compromisos de sostenibilidad y de buen gobierno de la compañía.

Este Código, que tanto los empleados como el conjunto de la organización se comprometen a cumplir en el desarrollo de su actividad, agrupa estos principios en tres tipos de ámbitos ateniendo a las relaciones que la compañía y sus empleados mantienen en su día a día:

• La relación con el entorno, en donde se pautan buenas conductas relativas a la prevención de la corrupción y el blanqueo de capitales, así como la transparencia de la gestión de los intereses, la mejora continua de la experiencia de cliente, la conservación y mejora del entorno, y la contribución al desarrollo de las comunidades, entre otros.
• La relación con las personas, que se basa en el respecto a las personas y a los derechos en el trabajo, la garantía de seguridad, salud y bienestar en el entorno laboral y la promoción y el respeto de la diversidad.
• La relación con la organización, en donde se detallan los buenos comportamientos a adoptar en materia de divulgación de información financiera y no financiera, gestión de conflictos de interés, protección y uso responsable de los activos y la protección de la confidencialidad y de los datos personales.